Dejamos Kalamata después de una noche
horrible, yo deseaba dormir y descansar, todo lo contrario que el resto del
pueblo, que se embarcó en una interminable noche de juerga nocturna. Así que me
marché de allí encantada, pensando en no volver jamás, si algún día siento el
deseo irrefrenable (que ya lo dudo) de una noche de copas y música ensordecedora
hasta altas horas de la madrugada a orillas del mar, iré a Torrevieja, que me
pilla mucho más cerca.
De las tres penínsulas del sur del
Peloponeso, Mani es la central. Ideal para pasar uno o dos días de calma recorriendo
su costa, disfrutando de sus hermosas calas de aguas cristalinas y sus pequeños
pueblos de pescadores. Fue en uno de estos pueblos, que ni siquiera aparecía en
el mapa, donde paramos a comer en un pequeño restaurante (apenas había tres
mesas) gestionado por una pareja muy amable, que nos sirvió lo que debía ser el
menú del día: una especie de pez gallo, que probablemente había salido del mar
pocas horas antes y una riquísima ensalada de tomate, pepino y olivas; de
postre, no podía faltar una rodaja de melón. Fue una comida fantástica, en una
terraza con vistas al mar.
La costa de Mani está repleta de pequeñas
calas de cantos rodados y aguas azul turquesa, pero también arenales de aguas
poco profundas. Es un lugar hermoso y tranquilo. Afortunadamente (de momento)
la masificación y el urbanismo no han acabado con la zona, aunque empiezan a
verse esqueletos de algunas urbanizaciones que no tengo muy claro si están en
marcha o han quedado paralizadas con la profunda crisis económica que sufre el
país.
La península de Mani es rocosa y escasea
la vegetación, pero en algunas zonas crecen pequeños bosquecillos de pinos
donde parar a descansar a la sombra y en la zona sur sus famosas casas - torre
custodian muchas de sus colinas.
Terminamos nuestra ruta por esta
idílica región cenando en la terraza de uno de los numerosos restaurantes del
puerto de Githio. Mi recuerdo es el de un hermoso lugar que conserva todo su
encanto a pesar de la llegada del turismo.
Próxima parada: Monemvasia y Elafonisos.
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