jueves, 24 de septiembre de 2015

El milagro de la vida, para algunos un largo viaje

Cuando me planteé en serio la maternidad no imaginaba el camino que comenzaba a transitar, un camino largo, sombrío y plagado de decepciones. 

Mirando a mi entorno pensaba que más pronto que tarde estaría hecho. Con suerte en unos meses estaría en ello y con menos suerte en poco más de un año. 

Jamás imaginé que a ese año seguirían otros, alguna que otra desagradable prueba médica, tres ciclos de inseminación artificial y que acabaría en una larga lista de dos años de espera para acceder a un programa de fecundación in vitro en la sanidad pública.

Una lista de espera con tantas condiciones como para rellenar una hoja entera y en la que no tienen cabida las parejas homosexuales y la mujeres solteras.

El tiempo tampoco corría a mi favor, si cumples los cuarenta te quedas fuera y el riesgo de que en cualquier momento un político caprichoso decidiera rebajar el límite de edad nos empujó a plantearnos la opción de la sanidad privada.

A lo largo de ese camino me encontré con un médico, que sin ser especialista me dijo tajantemente «no vas a tener hijos, plantéate la adopción», con multitud de personas que ante embarazos ajenos me preguntaban « ¿y tú, no te animas?», para rematarlo con un «bueno, tú tranquila, ya llegará, tienes que tener paciencia,es porque no estás relajada, cuando te relajes…». 

De verdad, desechemos esta pregunta de nuestras conversaciones y más aun estas respuestas, son extremadamente dolorosas para una mujer que desea ser madre.

El tiempo siguió pasando sin embarazo y sin un diagnóstico que lo descartara, entonces comencé a llorar con cada nuevo bebé, con cada nuevo anuncio de embarazo. 

Yo nunca me había preocupado por la maternidad, nunca había manifestado un interés especial y sin embargo esto cada vez ocurría con más frecuencia y no era capaz de controlarlo, me sentía poseída por algo que no tenía nada que ver conmigo.

Entendí que no iba nada bien el día que tuve que abandonar una fiesta porque una pareja anunció su embarazo, me marché un momento pensando en relajarme pero no fui capaz de volver. 

Al día siguiente tenía claro que no iba a poder sola con todo aquello (y que la gente que me rodeaba, a pesar de sus buenas intenciones tampoco podría ayudarme), así que me puse en contacto con un buen especialista y pedí ayuda, comencé entonces a transitar otro camino, un camino de aprendizaje, ilusión y confianza.

Los nacimientos se sucedían uno tras otro, cada vez había más bebés a mí alrededor,algunos incluso llegaban por sorpresa. 

Sí, una mujer de mi entorno llevó a término su embarazo sin ni siquiera saber que estaba embarazada, esto que parece una leyenda urbana no lo es, conozco una mujer (y la conozco bien), que un día se presentó en la consulta de su ambulatorio con un fuerte dolor de regla y el doctor que allí se encontraba le dijo «claro, está usted de parto».

Ella, mientras empujaba para parir en la camilla de un ambulatorio, pensó que soñaba, y yo, al día siguiente mientras mi madre me lo contaba, sentí que la vida se reía de mí.
  
Acudí a una comida con un grupo de cinco parejas y al llegar tres de ellas anunciaron su embarazo (para algunos ya era el segundo). Sonreír y dar la enhorabuena mientras te abofetean tres veces seguidas es todo un reto. Tuve que hacer un esfuerzo enorme para no marcharme.
       
El mismo día que mi tercera y última oportunidad de inseminación artificial fracasaba, una de mis primas anunciaba su embarazo, no fui capaz de darle la enhorabuena hasta muchos meses después. 

Cada noticia de embarazo caía sobre mí como una losa de mil kilos y me producía una mezcla de sentimientos encontrados, alegría y frustración que no sabía manejar.

Y había quién seguía insistiendo con los nervios «ya sabes que los nervios no son buenos…», y yo pensaba « ¿qué nervios?, estoy tan agotada que no tengo fuerzas ni para estar nerviosa».

Empecé a sentirme mejor cuando comencé a hablar abiertamente de la situación, cuando empecé a expresar libremente que deseaba ser madre y no podía. 

Cuando empecé a explicar en que consiste la inseminación artificial, a la que me había sometido en tres ocasiones con resultado negativo, en que consiste la fecundación in vitro, el número de inyecciones que debía pincharme cada día, (nada menos que 3 inyecciones diarias que yo misma preparé y me pinché cada tarde durante 7 días en cada uno de los intentos) y que el primer intento también había fracasado, o no, porque fue éste, él que le dio la pista a mis doctoras para averiguar la posible causa de tanta decepción (que por cierto, nada tenía que ver con la paciencia o los nervios).

Quiero darlas gracias a todos aquellos que han caminado a mi lado. 

Al principio, al igual que a mí, les costó aprender a gestionarlo, a pesar de la cercanía se sentían distantes, deseaban poder hacer algo, ayudar de alguna forma y sin embargo sentían la impotencia de no poder concretar sus deseos de una manera visible, «poder hacer algo que sirva para algo». 

Poco a poco fueron aprendiendo, y han sido una compañía imprescindible; a mi hermana, que lo ha sufrido desde la distancia y que esperaba mis cartas con impaciencia, cartas cargadas de sentimientos que yo escribía y que para mi suponían un desahogo importante; y a mis padres, ellos desde luego sobresaliente desde el primer día, tal vez porque en su día, aunque de otra forma experimentaron la dificultad, lo han hecho de una forma magnífica, excelente. 

Tambien, a esas parejas y mujeres que habiendo transitado antes que yo por este camino, me animaron y compartieron su experiencia conmigo para darme su fuerza, y en cuyo ejemplo me apoyaba para no perder la esperanza, no las nombro por respeto a su intimidad, pero ellas saben a quienes me refiero.
    
Mr. Feynman, en este camino tan difícil de transitar emocionalmente, lleno de baches, caídas,llantos y decepciones, fue poco a poco aprendiendo a manejar mis emociones (además de cargar con las suyas).

Ardua tarea que aprendió hasta el punto de que cada vez que yo me caía, él me devolvía la ilusión, cada vez que me flojeaban las fuerzas, él era fuerte por los dos y lejos de alejarnos, toda esta experiencia nos ha hecho más fuertes, nos ha unido aun más. 

Te amo porque reflexionas y siempre das con la fórmula, porque siempre tienes un bote de salsa extra para mí.

Muchas mujeres siguen insistiéndome en la paciencia porque el embarazo se hace muy largo, y yo pienso que tal vez ellas tengan mucha experiencia con la maternidad, pero paciencia…yo sé lo que es esperar durante 15 días un mes tras otro durante años, para que el resultado siempre fuera el mismo, decepción; y el mes siguiente repetir de nuevo, dejar pasar los días hasta que la frustración casi se olvida y entonces toca empezar de nuevo y otra vez, «Zas! en toda la boca». 

Paciencia, sobre paciencia yo tengo un master (o dos).

Hay quién me dice «lo ves, al final todo llega», pero no, yo sé que no es cierto, y si no, que se lo digan a todas esas parejas que siguen en el camino inmersos en largos y complejos procesos de adopción. 

No, sé que no todo llega y por ese motivo cada día doy gracias a la vida por haberme concedido este deseo (no son pocos los días en que sigo llorando de la emoción) y a la ciencia por haberlo materializado; no permitamos que nuestros mejores científicos y técnicos se marchen porque de verdad que los necesitamos, sin ellos nada de esto habría sido posible.

Hablo de esto porque creo que hay demasiado silencio y hablar de ello abiertamente fue lo que en mi experiencia me llevó a sentir mejor. 

Desde aquí quiero decir a cualquier mujer que esté pasando por algo así que puede contar conmigo y mi experiencia, que sé como se siente y que luche hasta donde crea que va a poder llevar sus fuerzas, pero que durante ese periodo trate por todos los medios de no perder la ilusión.

Esta es una carrera de fondo y como ya he dicho, es cierto que no todo llega, pero sólo el que no se rinde mantiene sus opciones de victoria; un reto difícil, lo sé, pero también sé que en este momento tengo una fortaleza que no tenía antes, yo misma me sorprendí de mi enorme capacidad para superar la tremenda decepción que supuso el primer ciclo de in vitro.

Aún queda un pequeño trecho por caminar, pero de momento disfrutemos con alegría de este regalo y soñemos con la nueva y hermosa vida que está por llegar.

  

miércoles, 24 de junio de 2015

Sobre Paul Éluard

   En palabras de I. Ehrenburg sobre Paul Éluard «Cuando escribía sobre su felicidad personal hablaba de la felicidad en nombre de todos»:

   «Nosotros dos cogidos de la mano
siempre nos creemos en casa
bajo el árbol dulce, bajo el cielo negro
bajo todos los techos, junto al fuego
en la calle vacía a pleno sol
en los ojos vagos de la multitud 
junto a los sabios y los locos
entre niños y mayores.
Nada tiene el amor de misterioso
somos la misma evidencia 
los enamorados se creen en nuestra casa».

                                                Paul Éluard


martes, 19 de mayo de 2015

Ediciones Fragolino: historia de un sueño

     Fue hace algunos años en una cafetería de la calle Atocha la primera vez que Sergio me habló de su sueño de crear una editorial, un pequeño proyecto para editar principalmente poesía y alguna que otra rareza.

   Poco después verían la luz su original y divertido «Pequeño diccionario de los ismos» y el hermoso poemario «Tokyio, Barcelona, Albalate», fue entonces cuando tuve claro por dónde irían los tiros de esa editorial si conseguía sacar adelante su interesante proyecto.


   Un par de años después, en una taberna de la calle General Lacy me anunció que se marchaba, que lo dejaba todo, abandonaba Madrid y con algunos ahorros se lanzaba en busca de su sueño. Al final no lo dejó todo, sigue siendo un fantástico hotelero, de esos que no pierden de vista ni un minuto a sus clientes y es atento y considerado con sus empleados (sé de lo que hablo porque hace muchos años fue mi jefe tras el mostrador de una recepción), pero sacó tiempo para poner en marcha su sueño y en julio de 2014 me enviaba el diseño gráfico de Ediciones Fragolino y la maqueta del primer libro que vería la luz bajo su bandera.

   El 29 de abril de este año el sueño se hacía realidad, Sergio recibía la primera edición de «Poesía Líquida» (de Victor Guíu Aguilar), el primer título de Ediciones Fragolino y hace sólo unos días, el 16 de mayo, se presentaba por primera vez en Híjar y Alcañiz, no podía ser otro lugar que el amado Teruel.


   Me siento feliz no sólo porque un buen amigo ha logrado cumplir un sueño, sino también porque el nacimiento de una nueva editorial es siempre un motivo de alegría para los amantes de los libros.

    Sergio Grao es un buen tipo, un tipo discreto, humilde, apasionado, sensible pero en absoluto blandengue, con una gran inquietud cultural, un tipo peculiar y atrevido, quizás algo en lo que a pesar de las pistas no había caído antes, pero hay que ser atrevido para lanzarse sin reparos a esta aventura editorial y pensando en algunos puntos del pasado, me doy cuenta de que no es algo de ahora, sino de siempre. Estoy segura de que Ediciones Fragolino será una editorial con mucho de todo esto: discreta, apasionada, humilde, sensible, inquieta, peculiar y atrevida y de que nos hará disfrutar de toda la magia de los libros. Le deseo una larga vida de títulos atractivos para aquellos que buscamos algo especial en la literatura.


   Por cierto, que fue Sergio, aquella tarde en Atocha, quién me animó a probar en esto de arriesgarse con las palabras, su aliento quedó rondando por algún rincón de mi cabeza y años después, un poquito empujada por él, me animé con el blog.

martes, 12 de mayo de 2015

Día 16: En los montes Pindo y pueblos de Zagori


    Abandonamos Macedonia y pusimos rumbo a la cordillera de los montes Pindo para hacer una pequeña ruta por los llamados pueblos de Zagori y disfrutar de las espectaculares vistas desde la Garganta de Vikos.

Montes Pindo

Pueblos de Zagori

Garganta de Vikos

   Los montes Pindo se encuentran en el noroeste de Grecia y constituyen una frontera natural con Albania y Macedonia. Son unas montañas agrestes y hermosas. Disfrutamos mucho del bonito paisaje durante todo el recorrido, y fuimos parando en Konitsa, Papingo, Mikro Papingo, Vitsa, Monodendri, Kipoi, Tsepelovo, que son algunos de los llamados pueblos de Zagori.

Mikro Papingo

Mikro Papingo

   Aunque nosotros hicimos la ruta en coche, porque sólo disponíamos de un día para visitar la zona, los números pueblos se comunican por una red de caminos estupenda para hacer senderismo y disfrutar de los hermosos paisajes.






   Uno de los lugares más espectaculares son las vistas desde lo alto de la Garganta de Vikos, la segunda más larga de Europa.

Garganta de Vikos

Garganta de Vikos

   A última hora del día nos despedimos de estas hermosas montañas y pasamos la noche en Perama para estar algo más cerca de Meteora, que sería nuestra siguiente parada.

   Próxima parada: En Meteora.


   

martes, 5 de mayo de 2015

Los amantes: una cuenta pendiente

   Los amantes llegaron a mi vida por mi 32 cumpleaños. Nunca he sido muy entusiasta de los libros de intriga, he leído alguno y lo cierto es que suelen ser entretenidos, pero no me entusiasman. En este caso no conocía ni al autor, ni el título y jamás había oído hablar del detective Charlie Parker, pero animada por el regalo de un buen amigo que acertaba cada año con sus propuestas me embarque en la lectura de Los amantes y he de decir que el libro me enganchó, a pesar del tema (que no me atrae especialmente), de algunas escenas y de la trama que iba desarrollando, pero esto me ocurre por querer saber cuanto menos mejor del argumento de los libros cuando empiezo a leerlos.

   Sí, me enganchó tanto que cuando quise darme cuenta de dónde andaba metida no había vuelta atrás, no podía dejarlo. Empujada por la intriga y de la mano del intrépido señor Parker llegué al penúltimo capítulo; y a falta de dos capítulos, cerré el libro, lo coloqué en la estantería y como medida preventiva lo ubique en un extremo escoltado por algunos otros libros que coloqué delante, no fuera a ser que por casualidad los amantes consiguieran escapar de sus páginas y plantarse en mi realidad.

   No es que yo sea una persona cobarde, pero mis miedos son de lo más desconcertantes, temo muy pocas cosas de la vida real, y en general me considero una persona valiente, pero son muchos y variados mis miedos en la ficción, cualquier malo de tres al cuarto podría colarse de noche en mi habitación.

   Y así estoy, a falta de 14 páginas y a la espera de un encuentro que se me antoja inevitable, alargando el momento desde hace años. Miro el libro de reojo y algo me empuja a saldar esta cuenta pendiente, pero temo abrir la caja de pandora y que los amantes compartan mi dormitorio durante las próximas largas noches, y sí, ahora mientras lo pienso me río mucho, me resulta una excentricidad de lo más divertida, pero en la oscuridad de la noche desaparece toda la diversión y puedo asegurar que tardaría muchas noches en devolverlos a sus páginas; así que vuelvo a colocar el libro de John Connolly en la estantería, por supuesto detrás de una segunda fila de libros y sigo retrasando el encuentro. 



martes, 28 de abril de 2015

Día 15: Macedonia: Pella y Vergina - Aigai


   En el día 15 de nuestra aventura griega descubrimos dos de los lugares más fascinantes del viaje, quizás más que por su grandiosidad o fama, por ser lugares relativamente desconocidos para nosotros. Micenas, Efeso, Knossos, Delphos... resultan fabulosos, pero antes de poner allí nuestros pies habíamos visto cientos de imágenes en numerosos libros, revistas y documentales, mientras que de Pella sabíamos que contenía magníficos mosaicos y de Aigai, que está incluida en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco y que esconde algunas tumbas de los reyes macedonios, entre ellas la de Filipo II, padre de Alejandro Magno. Pero apenas habíamos visto imágenes y no teníamos muy claro qué nos íbamos a encontrar; para nuestra sorpresa resultaron ser dos lugares de gran interés y con muchos menos turistas que el resto de famosos monumentos griegos, en Pella no habría más de una decena y en Aigai había alguno más, pero muy lejos de las multitudes que encontramos en otros de los más famosos yacimientos arqueológicos griegos. 

   Pella fue capital del reino macedonio y a pesar del esplendor del que gozó en su día, tras su decadencia, fue abandonada, olvidada y siglos después construyeron una carretera que cruzaba por encima de la que había sido gran capital del Reino Macedonio. En la actualidad el yacimiento se encuentra a ambos lados de la carretera y la visita se divide en dos partes, el yacimiento arqueológico y el museo. La entrada cuesta 6€ para los ciudadanos de la Unión Europea y es gratuita con el carnet de estudiante.



   Efectivamente allí encontramos algunos de los mosaicos mas bellos y mejor conservados de la antigüedad griega, algunos de ellos permanecen en la zona escavada del yacimiento, su lugar original desde aproximadamente el 300 a.C; otros se pueden observar en el museo ubicado al otro lado de la carretera y que además de mosaicos, expone estatuas y otros objetos de interés encontrados durante las excavaciones.


Mosaico ubicado en la casa de La caza del león.

    El mayor interés de la zona escavada son los mosaicos, ya que la ciudad fue completamente destruida y aunque se puede apreciar la división de las calles y distribución de las casas, no queda ningún edificio en pie. La visita al pequeño museo resulta muy interesante.

   En la actual localidad de Vergina, bajo una loma se esconde el complejo funerario de Aigai que contiene tres tumbas reales macedonias en un muy buen estado de conservación y parte del tesoro funerario (aunque la mayor parte de este tesoro se encuentra en el museo de Tesalónica). Como ya he comentado, una de ellas pertenece al rey Filipo II, padre del gran Alejandro Magno.



Tumba real Macedonia

   Si viajas en verano no olvides que el calor es muy intenso; gorro y botella de agua resultan imprescindibles. A la sombra y en altura esta era la temperatura que marcaba el termómetro del local donde comimos aquel día en Vergina.

Vergina - 13hrs

    Pasamos la noche en Grevena, una pequeña ciudad que nos recordó mucho a España, llegamos a media tarde y nuestro hotel estaba ubicado en plena plaza principal, cuando llegó la noche todos los habitantes salieron a reunirse en la plaza, a ver y ser vistos; a un lado los hombres, a otro las mujeres y en una de las calles colindantes la juventud, todos tomando helado o café.

     Próxima parada: En los montes Pindo y pueblos de Zagori.

jueves, 23 de abril de 2015

Cuentos de la infancia: el misterio del libro jamás escrito

En el día del libro, hablemos de libros, hablemos de uno que jamás fue escrito.

Los libros están en mi vida desde que tengo uso de razón, cada año los Reyes Magos se encargaban de que no faltaran al menos un par de ellos junto a mis impecables zapatos.

Puedo decir que conservo casi todos los libros de mi infancia, alguno sucumbió a las invasiones anuales de primos cuando por mi cumpleaños nos juntábamos todos en casa y la algarabía invadía el hogar, pero en general sobrevivió una gran parte, alguno perdió la tapa y otros fueron posteriormente decorados por los lápices de colores de mi hermana pequeña, pero todos conservan el encanto del primer día en que cayeron en mis manos.

Sin embargo de todos los libros de mi infancia, recuerdo uno especialmente, lo recuerdo con mucho cariño, fue uno que jamás encontré. Se trataba de un libro de cuentos; cuentos protagonizados por animales a los que les ocurrían cosas fantásticas o que pretendían realizar hazañas extraordinarias, por ejemplo, un león que perdía la melena porque era un poco remilgado con su alimentación, un elefante que envidiaba a los pájaros y pretendía construir su propia casa en la copa de un árbol o una presumida y joven mariposa que abandonaba su hogar en busca de aventuras.

Durante algún tiempo mi madre me contaba aquellas historias mientras me daba de comer y cuando aprendí a leer, una de mis mayores ambiciones fue encontrar el libro de donde ella extraía aquellos cuentos que tanto me gustaban para poder leerlos una y otra vez. Lo busqué entre todas las estanterías de casa, entre mis libros infantiles, entre las novelas de mis padres, entre los libros de arquitectura y los de recetas de cocina, en casa siempre hubo muchos libros; lo busqué también en las estanterías de la guardería donde trabajaba mi madre y a la que yo acudía con ella en ocasiones especiales; pero aquel libro se escondía muy bien, tanto, que un día desistí y el misterio del libro de los animales permaneció en mi cabeza durante mucho tiempo. Os preguntaréis por qué nunca pregunté por él a mi madre, lo cierto es que no lo sé, cosas de niños, supongo; es más emocionante buscar y encontrar por uno mismo un tesoro escondido y si no lo encuentras hacer que permanezca en la memoria como un gran misterio, que simplemente preguntar por él.

Años después volvió a mi cabeza y esta vez, supongo que empujada por la «racionalidad» de la madurez, decidí preguntar a mi madre por él y acabar con el misterio. « ¿Qué libro? », preguntó mi madre, «aquellos cuentos los inventaba yo, era la única forma de conseguir que comieras». Creo que aquella fue una de las grandes sorpresas de mi vida,  no tenía ni la menor idea, jamás habría imaginado que aquellos cuentos que tanto me gustaban los inventó ella para mí. La autora no era una señora extranjera de nombre exótico y varias consonantes seguidas en su apellido, no, la autora era Mi Madre y aquellas historias habían sido inventadas para mí, no os resulta emocionante.

A veces siento la tentación de escribir aquellos cuentos, pero siempre me surgen dudas, no sé si prefiero conservar su leve recuerdo en mi memoria como el misterio del libro que no encontré, el libro que jamás fue escrito.


viernes, 17 de abril de 2015

Cien años de soledad

   En el primer aniversario de la muerte de Gabriel García Márquez no se me ocurre mejor homenaje que comenzar a leer Cien años de soledad, porque sí, confieso mi vergüenza, yo, ávida lectora, a pesar de que el libro lleva en mi estantería un par de décadas, no he leído la historia de los Buendía.

   Cien años de soledad llegó a mis manos tal vez demasiado pronto y en circunstancias que no ayudaban a disfrutar de su lectura; leer un libro detrás de otro por obligación para superar un examen, teniendo muchos otros libros que leer para hacer también un papel digno en muchas otras pruebas. Porqué sabréis que entonces todo el futuro dependía de aquello, cuanto me río ahora del futuro. El sistema educativo me convirtió en una persona con una excelente capacidad para aprobar exámenes, pero consiguió que pasara de largo por uno de los grandes hitos de la literatura. Las distracciones de la adolescencia tampoco tuvieron piedad con tantos años soledad.

   Pensaréis que desde entonces ha pasado mucho tiempo y que he podido retomarlo en muchas otras ocasiones, y es cierto, pero al final siempre que pensaba en García Márquez acababan en mis manos otros de sus libros.

   «Puf, qué pereza, demasiados personajes», es la consigna que dejó gravada en mi cabeza aquel breve acercamiento de 61 páginas, momento en el que agobiada por la falta de tiempo para atender un libro como se merece y para superar todos los obstáculos que se interponían entre mi presente y mi futuro, decidí cambiar su lectura por la del resumen y análisis previo que, como buen libro de Catedra incluía en las páginas previas y cumplir así con mi objetivo: superar un examen más.

   Así que hoy, décadas después, vuelvo a sostenerlo entre mis manos con un nuevo y más digno objetivo: disfrutar de su lectura. 

   Lo dicho, me voy de viaje a Macondo, ya os contaré a la vuelta.








martes, 31 de marzo de 2015

Día 14 - Macedonia: Filipos y Calcídica


   A las siete de la mañana llegamos a la ciudad portuaria de Kavala, en la región de Macedonia, aunque en Kavala existen varios museos interesantes,nosotros abandonamos la ciudad en cuanto conseguimos nuestro coche de alquiler, nuestro destino aquel día era la península de Chalkidiki (Calcídica), pasando antes por al antigua ciudad de Filipos (Philippi).



   Filipos se encuentra a 18 kilómetros de Kavala, fue fundada por Filipo II, rey de Macedonia y padre de Alejandro Magno, y aunque la mayoría de las ruinas que se conservan son de época romana, el teatro que ocupa una de sus laderas pertenece a la época de Filipo II.


   Después de recorrer el recinto tratando de imaginar como sería la vida allí hace cientos de años, pusimos rumbo a Stagira, pequeña ciudad montañosa situada ya en la península Calcídica y lugar de nacimiento de Aristóteles.



   Nuestra intención era bajar hasta la península de Sithonia, pero estábamos cansados y decidimos pasar la tarde paseando por las montañas del norte de Calcídica y hacer noche allí, en el pequeño pueblo de Taxiarchis.

    Próxima parada: Macedonia: Pella y Vergina - Aigai

martes, 3 de marzo de 2015

Refugio

   "Toda persona ha de tener un lugar donde poder refugiarse".
   F. Dostoievski.



miércoles, 25 de febrero de 2015

Día 13: De Chios a Kavala


   Nuestra aventura en el Egeo llegaba a su fin, habíamos elegido tres de sus islas para disfrutar del sol y la playa, alternando visitas a yacimientos arqueológicos de la antigüedad griega y a pequeñas iglesias bizantinas, algunas de ellas ubicadas en lugares insólitos y decoradas con hermosos frescos y mosaicos.

   De cada una nos llevábamos un bonito recuerdo, la diversidad de Creta, la tranquilidad de Samos y de Chios el auténtico sabor del Egeo. Y de todas ellas, su belleza y la extraordinaria hospitalidad de sus gentes.

   Aprovechamos las últimas horas para darnos un baño cerca de Vrontados y a las tres de la tarde abandonamos el puerto de Chios destino Kavala (nuestra primera parada en la Grecia continental). 



   Viajar en ferry desde Chios a Kavala nos costó 76€ por persona en camarote doble. Disfrutamos de una hermosa tarde navegando por el Egeo, la noche resultaba muy agradable y nos costo despedirnos del día, pero a las siete de la mañana llegaríamos a Kavala y debíamos descansar.



        Próxima parada: Macedonia: Filipos y Calcídica.

martes, 17 de febrero de 2015

Día 12: En el sur de Chios


   Sólo nos quedaba un día en Chios y aún no conocíamos el sur de la isla, con sus pueblos medievales de los siglos XIV y XV y la famosa playa de Mavra Voila.

Mapa sur de Chios

   Comenzamos el día en Emporios, un pueblecito portuario casi en la punta sur de Chios, muy cerca se encuentra la playa de Mavra Voila, la más famosa de la isla, por sus guijarros de color negro, consecuencia, según dicen, de la erupción volcánica de uno de los dos volcanes que esconde la playa y por sus aguas cristalinas azul turquesa. La playa se divide en dos partes, una más cercana al aparcamiento y otra un poco más alejada detrás de una gran roca y cruzando la primera zona de playa. La playa es fantástica, pero es más sencillo entrar y salir del agua sí llevas zapatillas de playa, por otra parte, la zona de aparcamiento se completa rápidamente por lo que es mejor ir a primera hora. Las aguas son profundas y cuando nosotros estuvimos había algo de oleaje.

Playa de Mavra Voila

   Después de un agradable baño en Mavra Voila, visitamos los pueblos medievales de Pyrgi y Mesta. Dos pequeños pueblos muy pintorescos. Muchas de las fachadas de las casas de Pyrgi están decoradas con motivos geométricos y cuelgan de ellas ristras de tomates que le dan un toque muy mediterráneo. En Mesta, las calles son estrechas y empedradas y las casas, de anchos muros de piedra. No se permite la circulación de vehículos, por lo que hay que aparcar el coche a la entrada del pueblo.

Pyrgi

Pyrgi

Mesta

   Comimos en Mesta, pero no recuerdo dónde, aunque afirmaría que comimos fenomenal porque es un recuerdo que tengo de todo el viaje, lo bien que comimos a lo largo de todo el viaje.

   La tarde la pasamos descansando en dos hermosísimas playas: una junto a la pequeña capilla de Agia Dinami y otra en Kato Fana, donde se encuentran las ruinas de un templo en honor a Apolo. Para pasar el día en alguna de estas dos playas hay que tener en cuenta que no hay ningún restaurante o local donde vendan comida o bebidas.

Playa de Agia Dinami


Playa de Kato Fana


Playa de Kato Fana

      Próxima parada: De Chios a Kavala.
   

martes, 10 de febrero de 2015

El tiempo de los regalos

Hace un tiempo que viajo con Patrick Leigh Fermor, él aun no es un escritor de prestigio, jamás ha estado en Grecia y no se imagina las experiencias que vivirá como combatiente de la Resistencia en Creta durante la ocupación nazi. Sólo tiene 19 años, una mochila, un diario y algunas monedas. Los anhelos de una infancia libre y despreocupada le impiden adaptarse a la vida de adulto que de él se espera, así que con gran ilusión y un entusiasmo que en el último momento ha conseguido contagiar a su madre, ha emprendido un largo viaje a pie.

El curso del Rin y del Danubio han guiado nuestros pasos a través de Europa, una Europa que ha dejado atrás la Gran Guerra, pero en la que el nazismo comienza a tejer su pegajosa tela de araña.

En nuestro periplo hemos disfrutado de hermosos paisajes, escuchado y conectado distintas lenguas, contemplado maravillas de la arquitectura y el arte, nos hemos sentido embriagados por la grandeza de algunas ciudades, hemos reído, bebido y bailado junto a hospitalarios lugareños de distintas comarcas, nos hemos dejado llevar por los regalos que a veces te de la vida y en algún caso, lo hemos pagado.

Las cartas certificadas que en ocasiones recibimos con algo de dinero nos ayudan a vivir con desahogo algunos días, pero ese dinero nunca dura mucho. La amabilidad de algún pariente lejano, de los amigos que hacemos durante el viaje y de los conocidos a los que estos amigos escriben para que nos presten alimento y cobijo, nos permite pasar a cubierto algunas frías noches del invierno europeo, otras las pasamos al raso o en algún pajar. Algunos de estos amigos lo serán para siempre.

Tomo nota con sumo detalle de todos los lugares por los que pasamos, sé que algún día repetiré este mismo viaje con Mr. Feynman, seguramente el encanto de esa Europa de 1933 que ahora descubro en compañía de Paddy habrá desaparecido tras la sombra de una escalofriante guerra, del progreso tecnológico y la globalización, pero trataremos de encontrar sus cenizas en lo profundo del curso del Rin y del Danubio.

En este momento, Paddy y yo permanecemos parados en medio de un puente sobre el río Danubio, contemplando la puesta de sol, mirando al futuro, cogiendo impulso; aun nos aguarda un largo camino Entre los bosques y el agua hasta alcanzar nuestra meta, una exótica ciudad, un puente entre Europa y Asia y a la que en ese momento aun llaman Constantinopla. 


martes, 3 de febrero de 2015

Día 11 – Chios (Hios): en el norte de la isla


   El segundo día de nuestra estancia en Chios exploramos la parte norte de la isla. Disfrutamos del paisaje montañoso, nos refrescamos en sus bonitas playas de aguas cristalinas, comimos pescado fresco a orillas del mar, paseamos por los pequeños pueblos que habitan las laderas de sus montañas y tal vez fuimos los primeros visitantes españoles en la original iglesia bizantina de Panagia Agiogaloussaena.
   

  
 Comenzamos nuestra ruta en Lagkada, uno de los pueblos más hermosos de la isla conocido por sus viejos molinos, pasamos después por Kardamila, dividida en dos asentamientos; el más antiguo (situado al pie de la montaña), de callejones estrechos y casas de piedra, se distingue del moderno y llamado Marmaro, (ubicado en la costa) donde se levantan formidables mansiones y después nos dirigimos a  Nagos, por donde también merece la pasar.

   Paramos a bañarnos en la playa de Gissonas, una playa fantástica (de guijarros, eso sí). Una vez dentro del agua en seguida hay cierta profundidad, pero el agua es tan cristalina que se ven perfectamente los peces del fondo. Mientras disfrutamos del agradable baño charlamos con una señora que nos contó como la isla durante mucho tiempo fue residencia habitual de marinos y armadores, ella misma era esposa de un capitán de la marina mercante.

   Continuamos la ruta por la carretera que bordea la montaña y en sus laderas encontramos los pueblos de Keramos, Egrigorios, Kourounia y Neninturia.




   Comimos cerca de Agiasmata, en la taberna de una playa solitaria.



   De regreso paramos en Agios Galas para descubrir uno de los secretos que guarda la isla: la pequeña iglesia bizantina de Panagia Agiogaloussaena, que fue construida a la entrada de una cueva y que esconde un antiguo pero bien conservado, iconostasio de madera tallada, fantástico. El hombre anciano que nos mostró la iglesia nos aseguró que en los registros de visitantes no había ningún otro español, así que al parecer fuimos los primeros en caer por allí. 



     Próxima parada: En el sur de Chios.