Abandonamos Samos destino a Chios. Salimos
del puerto de Vathi a primera hora de la mañana, los pasajes del barco los
compré por internet a través de Grecotur, el precio de cada billete era de 12€
y el trayecto duró tres horas y media.
La
capital de la isla de Chios, se llama también Chios, (Hios o Quios, según la
transcripción) y pudimos apreciar la diferencia con Samos (la isla tranquila)
nada más desembarcar en el puerto, un lugar bullicioso repleto de gente y con
bastante tráfico. Chios es una de las islas menos turísticas de entre todas las
del Egeo, recibe pocos turistas y eso permite relacionarse más fácilmente con
la gente local. Fue un importante punto del comercio marítimo, habitada por
armadores y marinos.
Es una isla fantástica para alejarse de los tópicos turísticos y conocer mejor
la verdadera Grecia.
Mapa de Chios
Dejamos el equipaje en el hotel y nos fuimos
sin perder un minuto a explorar la isla, como íbamos a estar tres días,
dividimos la isla en tres partes y aquel primer día nos dedicamos a la parte
central, así que pusimos rumbo a la bahía de Lithi, una playa de arena fina y
aguas tranquilas de poca profundidad, comimos pescado fresco en una de sus
tabernas y nos echamos una siesta fantástica en la playa. En Lithi había
bastante gente a pesar de ser una zona con pocos hoteles y sin buenas
conexiones, así que decidimos buscar un lugar más tranquilo, lo encontramos al
llegar a la bahía de Elinta, una bonita playa de guijarros y aguas cristalinas
color turquesa, un lugar muy tranquilo.
Zona central de la isla
De regreso al hotel paramos en Anabatos, un
pueblo abandonado, con un aire algo fantasmal que se alza en lo alto de una
montaña, pero varios carteles avisando del riesgo de derrumbes nos disuadieron de
adentrarnos en él.
Anabatos
Nuestra última parada del día fue en Nea Moni
(monasterio nuevo), monasterio bizantino que durante muchos siglos fue el
centro religioso más importante de Chios. Su iglesia está decorada con unos mosaicos
originales del siglo XI en muy buen estado de conservación. El monasterio forma
parte del patrimonio mundial de la UNESCO y lo cierto es que es un sitio
fascinante, ubicado en medio de la montaña. Llegamos en el momento en que
comenzaba uno de los oficios en la pequeña iglesia y el sacerdote lejos de
echarnos, nos invitó con una enorme sonrisa a entrar y curiosear todo lo que quisiéramos
mientras que el reducido grupo de personas que participaba en el culto cantaba sus
oraciones, fue un momento muy especial poder contemplar aquella pequeña y
antigua iglesia bizantina a la vez que escuchábamos los cánticos de fondo, como
un breve viaje al pasado.
Nea Moni
Terminada la visita a Nea Moni fuimos
directos al hotel, el día había sido muy largo y estábamos agotados.
Próxima parada: Chios: en el norte de la isla.
Próxima parada: Chios: en el norte de la isla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario