Viene de: Grecia: un viaje a la antigüedad
Nos habría
encantado quedarnos un par de días más explorando los alrededores de Agia
Galini y la costa sur de la isla, pero nuestros planes de abarcar la mayor parte
posible del país en 25 días nos empujaban a seguir hacia la parte más oriental de la isla.
Este fue un viaje de picoteo, fuimos picoteando un poquito de cada lugar para
intentar hacernos una idea general.
Uno de los inconvenientes
de Creta son su carreteras, el cuarto día de nuestra estancia allí viajamos
desde Agia Galini, más o menos en el centro de la costa sur, hasta Kato Zakros,
en la costa este, recorrimos 256 km y nos llevó más de cinco horas de conducción.
De cualquier forma recorrer la isla de una punta a la otra merece la pena
porque la variedad en el paisaje es sorprendente.
Nuestra
primera parada tras abandonar Agia Galini fueron las ruinas de Gortina (a 40
km), una de las principales ciudades de la civilización minoica y que llegó a
ser capital de Creta durante la ocupación romana. Allí se encuentra la
compilación de leyes de derecho civil más antigua de Europa que ha llegado a
nuestros días (del siglo V a.C.). En estos textos se regulan relaciones de familia
y comercio y son tan arcaicas que se leen de arriba hacia abajo y
alternativamente de izquierda a derecha y de derecha a izquierda; este es el
modo en que se ara la tierra con los bueyes y puesto que era un método familiar
para ellos fue el que utilizaron para grabar sus leyes en la piedra, ¡no resulta
fantástico!, a mi me pareció fascinante.
El recinto
está abierto todos los días de 8h a 19h.
Nuestra
siguiente parada fue la Iglesia de Panagía Kerá, en la población de Kritsa. Una
bonita iglesia bizantina del siglo XIII con una estructura bastante original ya
que consta de tres naves soportadas por muros contrafuertes. En su interior
conserva frescos de los siglos XIV y XV en bastante buen estado.
Aprovechamos
para comer en Kritsa y después pusimos rumbo a Kato Zakros, de camino habíamos
pensado para en Agios Nikolaos, una de las ciudades más turísticas de Creta, y
aunque la guía hablaba de su puertecillo pesquero como un lugar encantador,
también presentaba la ciudad plagada de numerosos bares, restaurantes, terrazas,
discotecas y mucha gente, y como los lugares excesivamente turísticos no nos
entusiasman decidimos ir directamente hasta Kato Zakros y aprovechar para
darnos un baño antes de que se pusiera el sol.
La costa este
de Creta es principalmente desértica y Kato Zakros es un auténtico vergel en
medio de este desierto. Es una pequeña aldea a orillas del mar con una
tranquila playa de guijarros y algunas tabernas y alojamientos. Sin embargo, llegó a ser un destacado puerto comercial del Mediterráneo y una importante ciudad minoica que albergaba un palacio y de la que quedan algunos restos arqueológicos.
Estuvimos alojados en Yiannis Retreat (www.katozakros-rooms.com), un lugar fantástico a
unos cinco minutos caminando de la playa, ideal para descansar y desconectar y que nos sirvió de base para explorar este extremo de la isla.
Cenamos, las dos noches que pasamos allí, junto a la playa, en la terraza de una taberna,
un pescado riquísimo acompañado por una jarra de vino blanco cretense estupendo
y fresquito.
Próxima parada: En la costa oriental.
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