De las islas griegas que conozco (Creta,
Mikonos, Santorini, Patmos, Samos y Chios), Creta es la que tiene una oferta de
ocio más variada: playas paradisíacas, rutas de montaña, hermosos valles, museos, pequeñas
ermitas con antiguos frescos bizantinos y por supuesto los yacimientos
arqueológicos de la cultura minoica.
El paisaje también es muy variado, altas
montañas, grandes valles, zonas desérticas, e infinidad de playas.
En verano hace bastante calor, nosotros
estuvimos en julio y tuvimos entre 33 y 36 grados centígrados, aunque la
brisa del mar siempre ayuda a llevar mejor el calor.
Día
1: Madrid – Creta (Heraklión) – Rethymno - Hania
En 2012 Easyjet aún tenía base en el
aeropuerto de Barajas y desde allí un vuelo directo a Creta, lo que influyó en
nuestra decisión de elegir esta isla como una de las tres que visitaríamos.
Creo que en la actualidad hay que ir vía Atenas ya que ninguna compañía vuela
directamente a Creta (una pena).
Llegamos al aeropuerto de Heraklion (la
capital de la isla) a medio día, recogimos nuestro coche de alquiler y fuimos
directamente a visitar las ruinas minoicas de Knossos (a solo 3 kilómetros del
aeropuerto).
En aquel momento el precio de la entrada era
de 6€ y con carnet de estudiante el acceso era gratuito (en todos los
monumentos del país), lo recuerdo bien porque Mr. Feynman llevaba el suyo y
gracias a ello ahorramos ,en entradas (a lo largo de todo el viaje), una buena
suma.
En la entrada de acceso al recinto hay guías
locales que organizan visitas guiadas en varios idiomas (incluido español),
pagas 10€ por persona y cuando hay un mínimo de 6 personas comienza la visita que dura una hora y media. Desde luego, si visitas la isla no puedes dejar de
pasar por aquí. Esta fue mi segunda vez, pero no podía dejar que Mr. Feynman se lo perdiera.
Lo que más me gusta de los yacimientos
arqueológicos es la sensación de contacto con el pasado, como si pasado,
presente y futuro se unieran en un mismo instante, imaginar cómo sería la vida
de aquellas personas en ese mismo lugar hace tantísimos años me produce mucha
emoción.
Si vas en verano, no olvides llevar gorro y
una botella de agua, el sol es intenso y hace mucho calor.
Desde
Knossos fuimos hacia Hania (144km - 2h26) a lo largo de la costa noroeste.
Conducir en Creta es toda una experiencia, entiendo que las normas de
circulación y señales de tráfico existen por algún motivo, pero yo no logré
averiguarlo. Por otra parte, las carreteras no son ni muy amplias ni muy buenas por lo que se tarda bastante en cada desplazamiento.
En el camino paramos en Rethymno, una de las
ciudades más populosas de Creta, con un bonito puerto pesquero de estilo
veneciano y aprovechamos para cenar algo en una terracita junto al mar.
También
encontramos algunas hermosas playas (y no muy turísticas) entre Rethymno y Giorgioupoli.
Llegamos a Hania entrada la noche. Habíamos
reservado en un pequeño apartahotel, bastante básico pero suficiente, cama,
baño y cocina americana, y lo más importante, limpio. Además el dueño,
Georgios, fue encantador y nos dio muchas indicaciones sobre los lugares que no
podíamos perdernos y aquellos por los que era mejor ni pasar, fue muy divertido, porque Georgios había pasado algún tiempo en España y hablaba algo de español, aunque a su manera (un estilo muy simpático).
Próxima parada: Hania y la costa occidental.
Próxima parada: Hania y la costa occidental.
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