En
nuestro primer día en la península del Peloponeso nos llamó la atención la
cantidad de puestos de calabazas que se extendían por los arcenes de la
carretera, además de la costumbre de circular por el arcén para facilitar los
adelantamientos a los coches que circulan a mayor velocidad, como ya habíamos
visto también en Creta.
Nuestra
idea era bordear la península, aunque para ello no disponíamos de mucho tiempo,
tan solo 4 días, por lo que seguro que nos perdimos lugares interesantes y
hermosos, por ejemplo no pudimos pasar por la península de Mesenia.
La
primera parada fue el yacimiento arqueológico de Olympia, permanecimos allí
unas 3 horas recorriendo lo que en la antigüedad fueron recintos deportivos (la
palestra o el estadio), alojamientos para los invitados más distinguidos y lugares
de culto (templos consagrados a Zeus y Hera).
Como
en casi todos los yacimientos arqueológicos de Grecia, el recinto incluye un
museo donde se exponen parte de los objetos encontrados durante las excavaciones,
aunque los más destacables se encuentran en el museo arqueológico de Atenas.
Seguimos
nuestro camino recorriendo la costa oeste de la península, es una zona bastante
turística con numerosas playas muy concurridas y sus típicos restaurantes y
chiringuitos. Hicimos una parada breve para comer (nada memorable) y
continuamos hacia el sur.
La vega en el Peloponeso
Pasamos
la noche en Kalamata, para mi gusto un lugar horrible, pero si lo que quieres
es playa y diversión te gustará, este es un animado pueblo de playa con
numerosos restaurantes, bares y discotecas que abren hasta bien tarde, sin
embargo yo estaba deseando que pasara la noche y salir hacia la península de
Mani.
Próxima parada: En Lakonia, península de Mani.
Próxima parada: En Lakonia, península de Mani.
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