No encuentro mejor manera de comenzar esta
sección que haciéndolo el día del libro y recurriendo a mi escritor favorito.
Conocí a Stefan Zweig hace 10 años a través
de una de mis mejores amigas; rebuscó entre los libros de su estantería y puso
en mis manos Carta de una desconocida. Desde entonces «Mi querido Sr. Z.» no solo
forma parte de mi mundo literario, sino que en buena medida lo dirige. Poco le hizo falta para conquistarme y
convertirse de este modo en mi escritor favorito.
Y así, después de Carta de una Desconocida, llegaron a mis manos Novela de ajedrez, 24 horas en la vida de una mujer y el imprescindible Momentos estelares de la humanidad, poco después me abrió las puertas de su vida y me enseñó El mundo de ayer; y comprendí que ya no había vuelta atrás y que lo nuestro iba realmente en serio buceando entre las páginas del fascinante enfrentamiento entre Castelio y Calvino.
Y así, después de Carta de una Desconocida, llegaron a mis manos Novela de ajedrez, 24 horas en la vida de una mujer y el imprescindible Momentos estelares de la humanidad, poco después me abrió las puertas de su vida y me enseñó El mundo de ayer; y comprendí que ya no había vuelta atrás y que lo nuestro iba realmente en serio buceando entre las páginas del fascinante enfrentamiento entre Castelio y Calvino.
Dosifico sus libros con cautela y temo el
día en que tenga que conformarme con releer sus hermosas novelas, exquisitas
biografías y atractivos relatos sobre historia, política, literatura...
Su sensibilidad, su elegancia, su pasión por
los sentimientos, su profundo interés por la espiritualidad del universo.
Poseedor de un don difícilmente superable para describir personajes,
situaciones y lugares. Dotado de una capacidad asombrosa para elegir y combinar
adjetivos.
Fuente inagotable de conocimiento, a lo
largo de esta maravillosa amistad he ido conociendo de su mano, personajes fabulosos
como Lafcadio Hern, Walter Benjamin, Roman Rolland, Juan Calvino, Herman Hesse, Michael
de Montaigne y muchos otros; y de su mano me ha llevado por caminos a los que
difícilmente habría accedido por mi sola.
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